Queridos compañeros de la AFA, les informamos que el viaje ha sido todo un éxito. Nos encontramos tal cual estaba previsto en el año 2100 y, por suerte, toda la tripulación arribó sin mayores sobresaltos.
No nos comunicamos antes con ustedes porque estuvimos abocados a la tarea que nos han encomendado.
Después de una semana de estudios e informes, estamos en condiciones de revelarles las primeras investigaciones importantes referentes al fútbol de estos días. No referimos a nuestros días, no a los de ustedes que, si no nos fallan los cálculos, deben estar en las vísperas de un nuevo súper clásico entre Boca y River.
Estamos seguros de que les sorprenderá tanto como a nosotros, lo dicho por el presidente de Boca, Don Gervasio Núñez: “Si seguimos con este grado de violencia, en el futuro, la única manera de jugar súper clásicos va a ser en la Luna”. Luego de los lamentables incidentes producidos en el súper clásico, las palabras del máximo dirigente boquense se hicieron realidad.
Los dirigentes de AFA en el año 2052 –aprovechando el avance tecnológico que posibilitó viajar a la Luna con bastante frecuencia–, hicieron viable el proyecto de realizar allí los enfrentamientos entre Boca y River.
El primer súper clásico lunar se disputó con éxito en el año 2053 sin tener que lamentar víctimas, ya que no se hicieron presentes ninguna de las dos hinchadas. Un detalle importante: para éstos partidos se podían contratar jugadores especiales. Y la mayoría provenían de países como Bolivia y Ecuador y otras regiones de gran nivel de altura ya que, como se imaginaran, en la Luna la pelota no dobla.
En las décadas sucesivas, los viajes a la Luna empezaron a hacerse más accesibles para la población y los cohetes comenzaron a transportar simpatizantes.
En el año 2088 se produjo el primer incidente al finalizar el encuentro en el estadio lunar, por una lamentable equivocación de las autoridades espaciales que ubicaron a los seguidores de ambos clubes en el mismo cohete. Una pena, la verdad. La prensa catalogó a los simpatizantes revoltosos como “los lunáticos de siempre”.
Además, y esto es de acuerdo a las informaciones que pudimos recabar, se estarían resolviendo los detalles organizativos que acabarían con la violencia en los súper clásicos. Es decir, se está negociando con los habitantes de Júpiter, para llevar los clásicos allí, debido a que los habitantes de aquel planeta, al parecer, son mucho más civilizados que nosotros y con gran avidez por conocer la pasión futbolera de nuestro planeta.
Con referencia a los detalles del reglamento del juego, en todos estos años se han producido cambios significativos que vale la pena mencionar.
Uno de esos cambios–acertado para nosotros–, es la implementación de la “tarjeta rosa”, que obliga al jugador que la sufre a abandonar el campo de juego durante veinte minutos. Éstas se imponen a los jugadores que exijan cualquier tipo de sanción para sus adversarios. En otras palabras, la protesta “alcahueta” es castigada con tarjeta rosa o también denominada “tarjeta para botón”. Es notable y saludable la incorporación de esta medida, puesto que se logró que los jugadores se comporten con mayor lealtad.
Este año, por suerte, se ha prohibido que los jugadores elijan el número de la camiseta con el que prefieren jugar, para así regresar a un orden racional. Si un equipo de primera división cuenta con treinta jugadores en el plantel, las camisetas que pueden utilizar irán del 1 al 30. Nos parece una normativa muy saludable porque las cosas se habían salido de control. Pudimos observar que en años anteriores había jugadores que vestían camisetas con números muy extensos como el caso de un mediocampista de Independiente que vestía la casaca: 145.678, y otros casos aún más exóticos con números que incluían ejercicios matemáticos como el de un jugador de Belgrano de Córdoba que vestía en su espalda la camiseta número: 13.500 + 12.000 = 25.500.
La gran capacidad de los árbitros es otro punto a tener en cuenta, pero también, y para ser justos, debemos destacar el uso de la tecnología en los estadios.
Como sabemos, a partir del Mundial 2018 en Rusia, se aceptó el uso de computadoras, con un sistema capaz de advertirles a los árbitros las posiciones adelantadas y otras jugadas complicadas de ver en primera instancia. Esto, aún más aceitado con el correr de los años, erradicó los fallos injustos y las sospechas de privilegios para ciertos equipos.
Pero, no se preocupen, todavía se siguen dando situaciones dudosas, como por ejemplo determinar si hubo falta o simulación del jugador ante una jugada brusca, o la intencionalidad o no de una pelota tocada con la mano, que deriva en un análisis obsesivo por parte de la prensa de todos los programas de fútbol, en televisión, radio y periódicos virtuales, y enciende las más fervorosas discusiones en bares y boliches, con puteadas y agresiones incluidas. Tranquilos, compañeros. En el futuro, el folclore del fútbol sigue dando frutos económicos.
También tenemos una noticia triste para comentarles: la restricción que se ha impuesto para el momento en que se festeja un gol. La resolución fue puesta en vigencia hace casi un año y tuvimos la oportunidad de corroborarla en el partido que presenciamos entre Godoy Cruz y Argentinos Juniors, por la décima fecha del torneo apertura 2100.
Esta disposición prohíbe a los jugadores realizar cualquier tipo de festejo cuando se anota un gol. Esta drástica decisión obedece a dos razones fundamentales: las excesivas coreografías compuestas por los jugadores y la politización de dichos festejos.
Observando videos de partidos de mediados de siglo, comprobamos que las coreografías estaban puntillosamente ensayadas y tenían una duración tan larga que hacía suponer que eran artimañas que usaban los entrenadores para hacer “tiempo” cuando sus equipos iban en ventaja.
Un caso curiosísimo de festejo desmedido se dio en un partido del Nacional B, cuando los jugadores de Desamparados de San Juan hicieron la coreografía completa del video-clip del tema “Thriller”–recordada canción de Michael Jackson, un cantante fallecido a principios de siglo–, donde además de los jugadores participaban los suplentes, el cuerpo técnico y la mascota del equipo.
La segunda razón que llevó a tomar esta decisión –quizás tan importante como la primera–, se debió a la costumbre que se instaló con el tiempo, de utilizar políticamente estos festejos.
Son innegables los vínculos existentes entre el fútbol y la política, presentes a lo largo de nuestra historia. Pero a mediados de siglo esta conexión irrumpió directamente en el campo de juego, más precisamente en los propios jugadores, que ante la buena imagen y popularidad eran tentados por partidos políticos para exhibir inescrupulosos mensajes proselitistas a manera de propaganda. Y esto lo llevaban a la práctica en el momento del festejo, cuando un grupo de jugadores se colocaba en fila y hacía combinar las letras inscriptas en las remeras que llevaban debajo de la camiseta, formando el nombre del partido político que apoyaban y, en épocas de campaña, también de las propuestas ideológicas.
Y eso no era todo, ya que la ferviente militancia de los jugadores no se limitaba solamente al campo de juego, sino que aprovechaban cualquier oportunidad que le brindaran los micrófonos de los periodistas en las entrevistas. Aún hoy se recuerda la declaración de aquel goleador de San Lorenzo de Almagro que le respondió al periodista que lo interrogó acerca del gol convertido en el encuentro: “… con el gol se come, se educa y se vive”.
Otro caso fue la declaración de un jugador de Boca Juniors que, cuando se le pidió su opinión para la campaña que estaba por iniciarse, se despachó con un discurso efusivo y haciendo hincapié sobre los deseos de lograr el título y la imperiosa necesidad de seguir apoyando el modelo económico de inclusión social.
Por situaciones como las mencionadas, los festejos de gol y las manifestaciones políticas han sido prohibidos para los jugadores, para no transformar el deporte en otra cosa que no sea precisamente lo que es.
Hasta acá es todo lo que podemos informarles en referencia al fútbol del futuro. Seguramente la próxima semana tendremos más novedades.
Para finalizar – y sin olvidarnos del pacto en donde garantizamos nuestra absoluta reserva de no revelar resultados de partidos ni campeonatos obtenidos–, los integrantes de esta comisión, luego de intensos debates, llegamos a la conclusión de que es necesario alertar al honorable presidente de la querida y prestigiosa Asociación del Fútbol Argentino, sobre algunas cuestiones ligadas a su situación amorosa. Para decirlo sin rodeos, no conviene que gaste demasiado dinero en la organización de su casamiento y, de ser posible, trate de evitar todo contacto con una «amistad» muy cercana. Confíe en nosotros, el tiempo nos da la razón.